jueves, 18 de marzo de 2010

Historia encadenada (1)


De repente me desperté sobresaltado. Tenía la vista nublada y un fuerte dolor se concentraba en mi cabeza. Había pasado una mala noche, no había conseguido dormir profundamente y las pesadillas habían acaparado la mayor parte de mis sueños. Cuando conseguí fijar la vista, me di cuenta de que la habitación en la que me encontraba no era la mía. - ¿Qué había pasado esa noche? ¿Cómo había llegado hasta allí? La confusión se apoderó de mí y empecé a sentirme bastante desconcertado. El olor del ambiente me trajo recuerdos de cuando era pequeño e iba a casa de mi abuela y jugaba a que descubría un tesoro en su viejo desván que, como todas las casas en las que vive gente mayor, tenía ese olor inconfundible a viejo. La única diferencia es que la suciedad y las telarañas inundaban la extraña habitación en la que me encontraba ahora y a la que no tenía ni idea de cómo demonios había llegado.

Cuando me incorporé, noté un fuerte dolor en los brazos. Tenía marcas de agujas a lo largo de la zona de las venas y las piernas las tenía igual. La habitación no tenía ventanas y estaba alumbrada por un pequeño foco colocado en el techo que parpadeaba de vez en cuando. Lo único que había en la sala aparte de la cama en la que estaba y una puerta que estaba cerrada era un espejo colocado justo enfrente en el que podía ver lo demacrada que me había dejado la cara quién quiera que sea. Eso me preocupó aún más, pero no tenía tiempo de preocuparme. Tenía que intentar salir de allí lo antes posible y saber qué o quién me había llevado hasta allí y para qué.

Así que me levanté y descalzo, ya que no encontraba mis zapatos por ninguna parte, me dirigí a la puerta pero antes de que pudiera llegar a ella la luz de la habitación se apagó y un ruido muy fuerte sonó durante más de 2 minutos. Creía que aquella casa o lo que quiera que fuera se vendría abajo en cualquier momento. Cuando el ruido terminó de sonar, la luz volvió a la estancia y, sin que me diera tiempo a reaccionar, alguien abrió la puerta…

Juan Manuel Regalado Hens

3 comentarios:

Puli dijo...

La historia abre tantas posibilidades que a ver quién es el guapo que le da forma... (por fortuna yo ya pasé ese trance). Que lo recojan los demás y hagan el trabajo sucio jajajaja
Ánimo, Glow, que la semana que viene te toca a ti!!

Anónimo dijo...

yo ya se que se trata de unos sótanos, más o menos conocidos.

Matías Parts dijo...

¡Miau!