lunes, 18 de mayo de 2009

Envidia


David y Guillermo eran 2 amigos que se conocían de toda la vida. Habían cumplido ya los 35 y después de haber estado en el mismo colegio, el mismo instituto, el mismo campus universitario y estar involucrados en el mismo círculo de amigos, sus vidas sin embargo eran bien distintas.

David había llevado una vida ejemplar; se licenció en la titulación conjunta de Administración y Dirección de Empresas y Derecho en la Complutense y hoy forma parte del equipo directivo de uno de los bufetes de abogados más importantes de Madrid. Se podía decir que era ‘un partidazo’ pero, sin embargo, el amor era su asignatura pendiente y es que a su edad, aún no había tenido ninguna relación seria con una mujer. Todo habían sido rollos de una noche y relaciones esporádicas con chicas que apenas conocía.

Guillermo por el contrario era lo que podíamos llamar el típico ‘enrea’, un fiestero sin remedio. Dejó la carrera a medio terminar y sus trabajos siempre habían sido temporales. Lo que ganaba se lo gastaba en salir de marcha. Trabajaba en lo primero que le salía: repartidor de pizzas, reponedor en supermercados, camarero; nunca había tenido un trabajo que le durara más de 3 meses. Sin embargo, el amor le había sonreído y compartía su vida junto a Lucía, su novia de toda la vida, a la que amaba como el primer día y la cual no llevaba muy bien su faceta fiestera, pero lo que sentía por él era superior a eso.

David solía preguntarse a sí mismo por qué él no podía tener lo mismo que Guillermo, y sentir algo de verdad por una chica por una vez en su vida. Esta situación le atormentaba cada vez más, hasta el punto en el que la sola presencia de Guillermo se le hacía insoportable, así que a pesar de tener todo lo que se pudiera comprar con dinero, no tenía una de las cosas que otorgan la verdadera felicidad y el no saber si algún día la conseguiría le hizo hacer algo de lo que se arrepentiría el resto de su vida.

A base de mentiras y engaños David hizo creer a Guillermo que su novia lo había engañado con otro. Guillermo creía a su novia por encima de todo, pero las palabras de David eran muy importantes para él porque era su amigo de toda la vida y al final acabó creyéndose que Lucía le había engañado. Por lo que la dejó y cayó de lleno en una depresión de la que ya no saldría durante años. El fiestero perdió toda su fuerza. Ya no salía de marcha, no salía a ningún sitio. Se limitaba a estar en casa, amárgandose en sus penas.

David se sentía culpable por haber hundido a su mejor amigo en la miseria, pero diciéndole la verdad no conseguiría más que perderlo para siempre. Ante esta difícil situación prefirió desaparecer. Pidió un traslado en su trabajo y lo enviaron a Barcelona. Prefirió cambiar de vida y de ambiente ante lo que le había hecho a Guillermo. Le había fallado a una de las personas más importantes de su vida y ahora no le quedaba nada, sólo su trabajo y su sueldazo. Su envidia no le había jodido sólo su propia vida, sino también la de su amigo.

Juan Manuel Regalado Hens

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace tiempo vi una peli que estaba supuestamente basada en Otelo (no hablo de la obra porque no la he leido),y se parece mucho a tu historia, solo que el que le jodia la vida al amigo creo que por el simple placer de fastidiar pero también mezclado un poco mezclado con la envidia. La verdad, la historia del amigo/envidia la he escuchado varias veces pero esta me ha gustado, sobre todo el pobre Guillermo que va el otro a joderle la vida. En fin, una pena de amistad.
Crisvocor

Anónimo dijo...

perdon pero me he equivocado al escribir mi nombre, que nadie piense que es un nik estupido ok? nos vemos
Cris

Puli dijo...

Como ya dije en la tertulia (a la que vino muy poca gente, por cierto) me gusta porque es una historia que podría ser real perfectamente. Este tiopo de sentimentos es desesperante y cambia a la gente. Y lo peor es que estas historias terminan así, a la mitad, sin moraleja ni vuelta atrás.

Anónimo dijo...

Este David parece un buen candidato para casarse con la Lucía la otra (la Lucía y el sexo de la lujuria)
Rcd

Reyes dijo...

jajaja, q buen final, digno del mismísimo Dickens, al final todos están liados de alguna manera. Claro, luego Lucía hizo una peli mientras Jóse Luis trabajaba en el kiosko.

Puli dijo...

No sé yo... un cerebrito que nunca se ha enamorado, una chicarrona y un pederasta.... falta la monja y un travesti para tener un quión de Almodóvar jajaja

Anónimo dijo...

En primer lugar decir que la historia está muy bien, es el típico tema pero om a dicho cris esta planteado muy bien. Me gusta la manera en que has representado la envidia y el final, muy bueno.

En segundo lugar decir que como sigamos mezclando a los personajes pronto podremos escribir un libro entre todos o incluso hacer una peli. jajaja
Gloria

Juan Manuel dijo...

Ya lo estoy viendo: José Luis, la película.