domingo, 2 de agosto de 2009

Las gafas rosas


¡Cuánto duele perder algo que se sabe perdido desde hace mucho tiempo!, ¿por qué duele tanto esta situación?...Porque ya no tengo nada.

Cuando entró en el avión las lágrimas bañaban su cara, enfriándola. Quería sonreírle para que fuese esa su última imagen. No quería ser recordada con la cara húmeda y los ojos manchados de rimel. Esbozó una sonrisa para él. Tenía ganas de correr fuera, de saltar de ese estúpido avión que los separaba. Él le decía adiós con las manos. Se veía tan ridículo. Volvió a sonreír. Por fin se sentó en su asiento. Sabía que él seguía allí de pie, en el mismo sitio en el que ante se habían besado. Donde intentó no llorar mientras le decía que todo iría bien... Mentirosa. “Nos veremos de nuevo”, habían prometido ambos. “Te esperaré el sábado, y el Domingo, pero no vengas el lunes, ya no estaré”, bromeó. Aún podía sentir el tirón que dio a su chaqueta para acercarla a él. Cómo la cogió de la mano. Volvió a sentir algunas lágrimas traidoras caer por su rostro. “Pronto” le había susurrado él.
Un niño pequeño se sentó a su lado. Estaba llorando, nervioso. De repente dejó de llorar y la miró curioso. Ella se sacó sus gafas de sol y se las puso al niño. Eran de color rosa, muy llamativas. Después sacó de su bolso un espejo y se lo ofreció para que se viese. “Estoy guapo” dijo el niño. Ella miró por la ventanilla de nuevo, pero él ya no estaba. Cuando volvió la cabeza vio que el chico le devolvía las gafas. “Creo que son mágicas, toma”. Se puso las gafas e intentó dormir. De repente se sintió bien, tranquila y cansada. Quizás sí que eran mágicas después de todo...Se estaba quedando dormida, cada vez oía las voces más lejanas, pero antes de caer rendida, sintió un calorcillo en su oído: “pronto”. Sí, todo irá bien, dijo en voz alta. “Claro” dijo el niño, “mi padre es el piloto”, pero ella no lo oyó. El niño sonrió al ver como en su cara aparecía una sonrisa. “Ya sabía yo que esas gafas eran mágicas”.

María Suárez Alonso

7 comentarios:

Puli dijo...

q raro se hace leer una historia positiva firmada por Lara... supongo que harás la secuela, en la que el niño muere y la prota es un fantasma, no? jajaja es borma, está muy bien.

La de las gafas rosas. dijo...

Es simplemente perfecto. Hace falta mucho ingenio para escribir así, una historia triste vista desde un punto de vista optimista sin caer en lo cursi. Quizás estaría bien que la gente conociera ese refrán inglés, algo así como: "déjame tus gafas rosas".

Anónimo dijo...

No pensé que el rosa llevaba a la despedida, pero veo que sí (con gafas rosa). Y no hay asesinatos!
Rcd

Anónimo dijo...

bueno la de las gafas rosas, podriamos poner nosotros de moda el refran ¿no? para eso tenemos cada una una foto con esas gafas miticas jajaja. me gusta mucho la historia en sí y que diga tanto en poco espacio, que es de lo que se trataba cuando empezamos a escribir, hacer historias cortas y yo, sinceramente soy incapaz apenas y por eso me ha gustado ésta especialmente. Muy tierna y un soplo de optimismo para los que le tenemos panico a los aviones! la proxima vez que viaje lo hare con unas gafas rosas y solo si el hijo del piloto viaja tambien...felicidades lara, i like it ^^ ( y ya sabes, "dejate puestas las gafas rosas")

Anónimo dijo...

a, soy cris

A dijo...

Una historia triste que sin embargo termina con una sonrisa. . . me gusta.

Y seguramente todos deberíamos tener unas gafas mágicas.

Saludos

Anónimo dijo...

Hay alguien a quien el final no le haya hecho sonreir??
Lara, me encanta que tengas estos cambios, hay que escribir de todo un poco. Se nota que te gusta escribir y la gran facilidad que tienes para expresar los sentimientos sobre el papel. Creo que es una de esas historias que hay que leer cada vez que uno se sienta de bajón; eso o tener unas gafas mágicas, cualquiera vale.^^
Perfecto el cambio de tristeza a alegría.

Gloria.