Aún recuerdo aquellos años en los que los jueves se habían convertido en mi día favorito de la semana. Desde por la mañana ya me despertaba pensando en lo que pasaría por la noche. Era la noche de las películas y mis 3 mejores amigos y yo nos reuníamos para una sesión de cine "en familia". A la fiesta se unían nuestras novias, que no eran tan flipadas como nosotros, pero disfrutaban viéndonos lo felices que eramos con un plan tan simple.
En nuestras cabezas no cabía la posibilidad de un jueves sin noche de las películas. Pensaba que siempre seguiríamos haciendo eso, semana tras semana. Pero como dice el dicho: '
Nada dura para siempre' y el número de gente asistente a la noche de las películas fue disminuyendo gradualmente. Primero Javi y Maite cortaron, después Juan y Pedro dejaron de hablarse tras una discusión absurda (como en la mayoría de las veces que 2 personas rompen su relación por completo). Así que al final sólo quedábamos mi novia y yo. Hasta que me dejó.
Hoy, como cada jueves, sigo haciendo la noche de las películas, tratando de rememorar aquellos años en los que fui bastante feliz. No sólo por el hecho de disfrutar de una buena película, sino por el hecho de tener a personas que consideras
tu gente a tu alrededor y tener la certeza de que todo seguirá así. Lamentablemente, nada dura para siempre.
Juan Manuel Regalado Hens
4 comentarios:
Qué triste. Juanma! Lo que me gusta de tus historias es que en la forma más simple, clara y directa te cuentan las verdades más duras. He visto cómo mis grupos de amigos se desintegraban tantas veces... A ver si un día nos regalas una verdad simple y feliz, porfa.
Uff, un tanto triste, no?? Supongo que ese tipo de situaciones siempre ocurren pero también aparecen otras situaciones nuevas, no??? Espero que al pobre le vaya un poco mejor la próxima vez.
Gloria.
Ahora comprendo por qué pones cara de estar viendo películas los jueves. Estás de terapia! Aún no has olvidado no?
Rcd
ciertamente nada dura para siempre, ni lo malo, así que hay que ser feliz aunque la adversidad nos engulla. Hay que ser feliz...
ruy
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